No recuerdo si fue de mañana o cerca del mediodía. Me atendió con su voz enérgica y me dijo — Que hacés Feketreke — y yo le respondí — Cómo estás Laufeminado del orto -. Así podíamos arrancar cualquiera de las escasas comunicaciones telefónicas que teníamos. Los insultos y los intentos de humillación verbal estaban presentes en todo momento en nuestras charlas.
- Escúchame pelotudo, necesito que me dés una mano para cotizar un laburo para un cliente- le dije. Cuando le conté de quien se trataba, me cortó en seco. — No trabajo con empresas del Agro-. En general era vehemente y frontal. Sobre todo con aquello que iba en contra de sus principios.
Mientras cerrábamos nuestra breve charla propinándonos insultos cada vez más creativos, me recomendó leer Mal Comidos de Soledad Berruti. Supongo que hoy es un buen día para empezar a leerlo en su memoria.
Entre un Mach 5 y un frasco de Nutella soy uno más, en la legión de personas que hoy te extrañamos.
